La última misión de Schulin-Zeuthen al mando de la Asociación de Bancos
Bancos solicitaron al gremio interceder ante el regulador para extender plazos para la actualización de normas contables a la industria.
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La puesta en consulta de la actualización del Compendio de Normas Contables por parte de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) cayó como un balde de agua fría para los bancos durante el verano.
Dicho marco hace referencia a criterios contables que deben seguir los bancos y sus filiales, los cuales el regulador busca perfeccionar para concordar con las normas internacionales de información financiera.
Son varios los agentes de la industria que señalaron en privado que no se esperaban esta reforma, ya que la Superintendencia no había dado señales previas. Esto, pues las magnitudes de los cambios serían bastante amplias.
El socio de Asesoría en Contabilidad Financiera de EY, Daniel Milleo, explicó que las normas en cuestión “alteran profundamente la forma de presentación de los estados financieros y requieren una gran cantidad de información adicional que se revelará”.
Milleo expuso que los bancos tendrán que detallar las informaciones trimestrales y mensuales enviadas al regulador, “además de exigir trimestralmente un informe de la gerencia comentando el desempeño de la institución. Este informe deberá sufrir revisión por los auditores externos semestralmente”.
A pesar de ello, el socio líder de Riesgo Financiero de Deloitte, Cesar Vega, dice que muchas de las modificaciones tienen una “complejidad de implementación e impacto monetario disímil entre los bancos locales, según sus propias realidades”.
La socia de Auditoría de KPMG, Alejandra Carrasco, apunta que se trata de la mayor transformación contable de la banca en los últimos 10 años. Y agrega que la publicación de esta información generaría una “sobreexposición que podría tener efectos adversos en el modelo de negocio de los bancos”.
Según revelan fuentes del mercado, fueron varios los bancos que acudieron hasta la asociación gremial que las agrupa, para que su presidente, Segismundo Schulin-Zeuthen, intervenga ante el superintendente de Bancos, Mario Farren, con el objetivo de que se modifiquen los plazos de consulta pública -que finaliza el 18 de marzo-, como también la puesta en marcha de la nueva norma, prevista para 2020.
Los bancos que acudieron al gremio dijeron que el objetivo de una intervención por parte de Schulin-Zeuthen, es que exista mayor plazo para el proceso de consulta, pues varias entidades están a toda máquina evaluando los impactos aún, como su entrada en régimen.
¿Positivo o negativo?
Las consultoras manifestaron que la actualización de las normas contables es un cambio positivo, pero plantean dudas respecto a los plazos de implementación.
Los socios de Servicios Financieros de PwC, Claudia Klapp y Claudio Gerdtzen, indican que esto “contribuye a dar un gran paso hacia la aplicación de criterios contables internacionales. Los mercados, donde muchos bancos chilenos se financian, hablan un lenguaje común y Chile no puede ser una excepción”.
La socia de Auditoría de Mazars Chile, Loreto Larraín, valora que con esta actualización “el mercado puede tener más y mejor información para la toma de decisiones”.
Aunque algunos plantearon resquemores respecto a los plazos para la implementación de esta reforma.
En PwC manifestaron que “preocupan los plazos de implementación. Un cambio de esta magnitud requiere ser abordado de manera profunda, que asegure la calidad de la información con la intervención tecnológica que se requiera y cuyo riesgo está en utilizar soluciones transitorias para cumplir con los plazos establecidos”.
Para Larraín, “los plazos son muy acotados. La experiencia en cambios contables de esta magnitud en el pasado es que deben darse, al menos, dos años para que las instituciones se adecuen y analicen los posibles impactos”.